El aceite de jojoba para un pelo hidratado y brillante.
A pesar de ser llamado aceite, en realidad es una cera líquida que se solidifica a bajas temperaturas. Y el hecho principal es que carece de glicerina, lo cual es una rareza en los aceites.
Fue reconocido y utilizado por los Aztecas durante cientos de años debido a sus propiedades “mágicas”. Entre los usos más característicos de la época destaca como restaurador, acondicionador del cabello e incluso como protector frente a las radiaciones solares del desierto.
El aceite de jojoba es uno de los principales aliados de un pelo brillante y sedoso, especialmente recomendado para el pelo dañado, seco o sin brillo. Es muy habitual encontrarlo en champús, acondicionadores y mascarillas, ya que proporciona hidratación de manera natural. Aunque también, el propio extracto puro se puede aplicar directamente sobre el cabello.
Una de sus características y la razón de su éxito cosmético es su fácil absorción, pues es muy compatible con la piel y similar a las ceras que se encuentran en el sebo humano.
Al igual que ocurre con las pieles grasas, el aceite de jojoba también es muy eficaz para tratar el exceso de sebo en el cuero cabelludo. Al regular el pH natural, este aceite lo limpia en profundidad. Por este motivo, es ideal para remover los restos de sebo que obstruyen los folículos pilosos. Gracias a sus ácidos grasos esenciales, le proporciona un extra de nutrientes al pelo, aumentando su fuerza y aportando brillo natural.
También, es ideal para aquellos que sufren de caspa o dermatitis seborreica, puesto que sus propiedades antibacterianas y antimicóticas, hacen que sea altamente recomendado para tratar infecciones de la piel. Además, evita la caída excesiva del cabello y la aparición de zonas despobladas.
Te recomendamos combinarlo con nuestro aceite de cáñamo para tratar en profundidad la mejora y restauración de tu cabello.